1. Mejora la autoestima
Existen muchos estudios que relacionan el adelgazamiento con la autoestima. Los resultados fueron reveladores, pues bajar de peso contribuía a tener una mejor imagen corporal de uno mismo, por lo que también aumentaba la autoestima y bienestar de la persona.
2. Combate la depresión y las emociones negativas
En muchas ocasiones parece que la obesidad y la depresión se retroalimentan, pues a veces la depresión acaba desencadenando problemas alimenticios que promueven el sobrepeso y, otras un aumento de peso acaba teniendo un impacto emocional negativo.
Por eso, los expertos explican que adelgazar de forma saludable puede prevenir de síntomas depresivos, aunque es importante no obsesionarse para no llegar al otro extremo.
3. La percepción de la propia imagen es más positiva
Cuando bajas de peso, tu cuerpo experimenta muchísimos cambios en términos físicos, como la disminución de masa corporal o ganancia de músculo.
Al ver reflejado, ya sea en un espejo, en la báscula o en la ropa, que has conseguido deshacerte de unos kilos tendrás una mayor satisfacción visual con respecto a tu cuerpo, y por tanto, te sentirás más seguro y confiado en ti mismo mentalmente.
4. Relaciones interpersonales y de pareja más efectivas
Aumentar considerablemente de peso podría llegar a afectarte en tus relaciones personales, pues muchas personas deciden renunciar a su vida social por vergüenza hacia su propio cuerpo.
Por eso, es importante aceptarse a uno mismo, eso sí, siempre que se esté sano. En muchos casos, para tener unos valores corporales saludables es necesario bajar algunos kilos, ayudando en términos no solo de salud, sino de confianza y autoestima.
5. Mejora el humor
Realizar actividad física promueve la liberación de endorfinas, una sustancia química que interactúa con el cerebro, de modo que aumenta tu sensación de bienestar y mejora tu humor.
6. Una mejor calidad del sueño
Perder peso va de la mano, o debería, con un estilo de vida saludable. Llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio a diario se traducen en un mejor descanso.
Varios estudios sostienen que disminuir entre el 10 y el 15% de tu peso corporal puede mejorar tu calidad de sueño, aunque con solo un 5% también notarás resultados.
Además, la apnea del sueño y los ronquidos también pueden verse más aliviados gracias a la disminución de grasa en el cuerpo.
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