Históricamente, hacer una dieta consiste en privarse, en limitar las porciones, en prohibirse ciertos tipos de alimentos, y en reducir o modificar los horarios de comida. La mayoría de mis clientas sobrepeso que han hecho dieta tras dieta nunca disfrutan lo que comen. En muchas ocasiones (sobre todo las comidas “dietéticas”), carecen de los nutrientes que estimulan la producción de las hormonas que nos hacen sentir bien y nos mantienen satisfechas y llenas de vitalidad. No sólo se quedan hambrientas, sino que también se aburren y deprimen. La vida no es tan divertida sin alimentos deliciosos. Comer de forma restrictiva es soso y ciertamente no es efectivo, pues el sistema natural del cuerpo se altera por completo. El placer al comer es un arma poderosa que ademas de estimulr la secreción de endorfinas, disminuye los niveles de hormonas de estrés, acelera el metabolismo... ¡y ayuda a quemar grasas!
En mi opinión, vivir de pechugas de pollo asadas y vegetales al vapor, y aun así seguir subiendo de peso, es una tortura. Si me rompo la dieta, será con cheesecake en una mano y helado en la otra. Y podrás comer cheesecake y helado, si impulsas a tu metabolismo a quemar las grasas rápido. Si no comes lo suficiente, la prioridad principal de tu cuerpo es conservar la grasa,
además de generar más grasa de cualquier cosa que consumes, por medio de la secreción de hormonas especiales de inanición, para enfrentar la emergencia, que bloquean la quema de grasas. Cuando te alimentas de comida rica en nutrientes y de forma adecuada, el cuerpo se relaja, considera que la emergencia ha terminado y comienza a quemar la grasa como combustible de nuevo... incluso si lo que comiste fue cheesecake.
Así que tienes dos opciones. La primera, puedes seguir haciendo dieta tras dieta, consumir 1000 míseras calorías al día y rechazar las invitaciones a comer afuera por el resto de tu vida. Pero, si acaso dejas de hacerla, las fuerzas del infierno se desatarán. En un abrir y cerrar de ojos, estarás sobrepeso de nuevo. ¡Zas, el rebote! Lo he visto pasar una y otra vez. La segunda opción es reparar tu metabolismo y llevar el estilo de vida del metabolismo acelerado.
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Dicho de otro modo, privarse (hacer dieta tras dieta) es malo y comer es bueno. Recuerdas qué se siente comer, ¿verdad? ¿Recuerdas lo que es comer sin culpas? ¿Te suena? Es importante que lo tengas siempre en mente. Ahora, repite conmigo: comer es bueno. Comer. Es. Bueno.
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