Para que algo pueda ser considerado alimento, en mis términos, tiene que ser real. Es decir, manzanas, naranjas, aguacate, pollo, mazorca, cerdo, camarones, almendras, mango... Las sustancias químicas, los edulcorantes y colorantes artificiales, los bloqueadores de grasa, los conservadores, los pesticidas, los solventes de pintura, los líquidos para limpiar el horno, los herbicidas y los insecticidas NO cuentan como alimentos.
¿Alguna vez te ha dado curiosidad averiguar los usos de algunas de las sustancias químicas que suelen encontrarse en nuestros “alimentos”?, ¿y qué son exactamente el amarillo #5 o el azul #6? ¿Qué función cumplen el aluminio, el benzoato de sodio, la quinolona, la carmoisina y la tartrazina 19140 en nuestro cuerpo?
El otro día leí un empaque, y el segundo ingrediente era amarillo anaranjado FCF15985 (E110). No estaba segura de si debía hornear, asar o freír el “amarillo”, así que decidí no incluirlo en la cena. Muchas de estas sustancias están diseñadas para agregarle color a la pintura o eliminar manchas de las alfombras, para construir barcos y chalecos antibalas. ¡No son comida! Por lo tanto, no deberíamos consumirlos. Si quieres, úsalos para decorar tu casa y construirte un búnker, pero no te los metas a la boca.
La Sociedad Médica Estadounidense ha acuñado un término para estas sustancias químicas industriales que están presentes en los alimentos: obesogénicos . Estos productos obesogénicos alteran el equilibrio hormonal normal e inhiben la metabolización de los lípidos (grasas). ¡Los obesogénicos engordan! Por desgracia, irónicamente la mayoría de los alimentos “de dieta” prefabricados están saturados de estas sustancias. Deja de consumirlas.
Si aún sientes la necesidad de preguntar por qué y no te preocupa que la acumulación de estas toxinas llegue incluso a matarte, te daré otro dato para saborear.
La comida real está llena de nutrientes y de fibra, y el cuerpo es capaz de aprovechar todos sus componentes. Si te alimentas de ella, tu organismo no necesitará filtrar las sustancias químicas, los conservadores no bloquearán la absorción de nutrientes y los aditivos no realizarán extraños experimentos científicos en tu interior. Como entrenadora, todos los días recibo llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos en los que me preguntan si está bien comer esto o aquello. Para ser honesta, casi siempre contesto que sí, si se trata de comida real. Así que apeguémonos a lo real y reparemos tu metabolismo.
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